
Llegaste a mi vida...amor,
y me dejaste el cristal de tus ojos...
Un par de alas con aroma a jazmines y rosas.
Un collar de ternura...y semblanza.
Llegaste lleno de sombras...
con un corazón gigante sin llave...
Me trazaste finos matices de la vida...
Me hiciste especial...
y yo te acaricie con mi alma...
en medio del manantial de la distancia...
del infinito.
Llegaste con tus alas despojadas,
y se nos cruzó el amor...
un amor sin roces...
pero mágico, sublime en palabras
en lo que sólo un corazón como el tuyo puede dar...
Pero nacimos en una gris realidad...
la tuya y la mía...
Un mundo ironico, ajustado a las reglas de esta sociedad...
Pero descubrimos esa esencia que sólo dos almas pueden darse...
pueden encontrarse, pueden sentirse en medio
de tanta soledad...
Hoy retomo mis alas, y tu las tuyas
vuelvo a mi cristal...
pero quedarán en las paredes de mi ser...
tu mágica presencia...
tu voz...
donde en mis sueños...volveras a ser ese ángel
que Dios me dio para ver...
Llegaste, y te fuiste sin haber traido tu bolso...
llegaste a mi alma, pintandola de dulces colores...
Pero se que siempre estarás...
donde yo pueda encontrarte...
en lo más profundo de mi alma...
3 comentarios:
Hola, M.E.P. Un tópico muy recurrente en la mayoría de los poemas: el del amor imposible...o mejor dicho, impedido. ¿Quién ya no se ha sentido identificado, no? Me gusta el final que no deja de ser optimista... La fuerza de tus palabras tienen mucha llegada. Utilizas muy bien los adjetivos... muy conmovedor este poema. Besos. Fabián
Un roce del amor que cruzo por mi vida. Así defino este poema.
Me gusto tu poema, pero me gustaria que rompieras las cadenas que le tienen amarrado a tu corazón para poder compenetrarte aún más en el océano infinito del AMOR.
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