
En el oscuro invierno de mis sueños
en la diáfana figura de una sombra...
Allí me encontre con el silencio...
No mires mis espinas que aún suelen doblarse
no mires mis debilidades,
no mires mis caídas, que suelen ser muchas...
no mires mi tropiezos...
no intercedas con rigidez ante mis dudas...
no mires cuán imperfecta suele ser la vida muchas veces...
En la soledad frágil y tierna compañia...
existe ese semblante de distancia e ironia...
No hables más corazón,
que tus pasos son los tuyos y no los de afuera...
Más encontrarte silencio y calma...
estaré sumergida en la profundidad de mi alma...
Si callo silencios largos,
no interrumpan...
Si deseo congelar mi corazón comprendan...
Si yerro, no pido que me entiendan...
Simplemente que mires mis ojos,
y sabrán responderte...
No mires el oscuro silencio que atraviesa mi
quimera...
sólo tiéndeme la mano...
y volveré a caminar...
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